Breve historia del Cine mexicano

Breve historia del cine

El cine mexicano es una de las industrias cinematográficas más importantes de América Latina y tiene una rica historia que abarca más de un siglo. Aquí hay algunos puntos destacados de su historia:

La primera película mexicana se filmó en 1896 y se llamó "La llegada de un tren a la estación de La Ciotat". A partir de entonces, el cine en México se desarrolló lentamente.

En la década de 1930, el cine mexicano comenzó a florecer gracias a la creación de los estudios de cine, como los Estudios Churubusco, que permitieron la producción en masa de películas.

Durante la llamada "época de oro" del cine mexicano en la década de 1940 y 1950, se produjeron algunas de las películas más emblemáticas y exitosas de la industria, como "Los Olvidados" de Luis Buñuel y "Nosotros los pobres" de Ismael Rodríguez.

En la década de 1960, el cine mexicano comenzó a disminuir debido a la competencia de la televisión y las películas extranjeras. Muchos cineastas mexicanos emigraron a Hollywood.

En la década de 1980, el cine mexicano experimentó una especie de renacimiento gracias a la creación de instituciones gubernamentales para apoyar la producción cinematográfica, como el Instituto Mexicano de Cinematografía.

Desde entonces, el cine mexicano ha tenido altibajos, pero ha producido algunas películas aclamadas internacionalmente, como "Amores perros" de Alejandro González Iñárritu y "Roma" de Alfonso Cuarón.

En general, el cine mexicano ha tenido una historia muy rica y diversa que ha contribuido significativamente a la cultura cinematográfica mundial.

A  continuación hay algunos links en donde puedes encontrar más información sobre este tema


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Realismo Mágico

¿Qué es el realismo mágico?


El realismo mágico es un movimiento literario y pictórico que surge a principio del siglo xx, como parte de las vanguardias y se define por su preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común.
El término fue usado por el crítico de arte alemán Franz Roh, para describir una pintura que demostraba una realidad alterada, y llegó al idioma español con la traducción en 1925 del libro Realismo mágico (Revista de Occidente, 1925).

En 1948, fue introducido a la literatura hispanoamericana por el escritor venezolano Arturo Uslar Pietri, quien leyó el ensayo de Franz Roh en los años 20, y lo utilizaa​ en su ensayo Letras y hombres de Venezuela (1948).1​ 

Señala Uslar:
Lo que vino a predominar en el cuento y a marcar su huella de una manera perdurable fue la consideración del hombre como misterio en medio de datos realistas. Una adivinación poética o una negación poética de la realidad. Lo que a falta de otra palabra podrá llamarse un realismo mágico.2​

Se trata de una sensibilidad estética que surge en la década de los 20 y 30, cuando los escritores Arturo Uslar Pietri, Alejo Carpentier y Miguel Ángel Asturias comienzan a tener discusiones sobre la realidad indígena, negra y mestiza de América Latina,3​ todo esto en el contexto de las vanguardias latinoamericanas y europeas.4​5​En esta época surgen tres obras precursoras del género: Leyendas de Guatemala (1930) de Asturias, Las lanzas coloradas (1931) de Uslar Pietri y ¡Ecué-Yamba-O! (1933) de Carpentier.6

Como referente literario previo al uso del término realismo mágico por parte de Uslar Pietri, debe citarse a Massimo Bontempelli quien, en 1919, "conquista gran popularidad al publicar sus novelas del ciclo la 'Vida intensa', iniciándose en una literatura —según nota de Nino Frank en el 'Dictionnaire des Auteurs', de Laffont-Bompiani— que sacrifica la corriente convencional de la época, a la manera de Anatole France, convirtiéndose en una especie de apóstol de lo que se conoció como realismo mágico".

Han sido muchos los artistas que utilizaron este estilo para expresar emociones mediante la palabra escrita, sin embargo es imprescindible nombrar como máximos exponentes al venezolano Arturo Uslar Pietri quien se reputa como padre indiscutible de esta vanguardia literaria quien le da vida al Realismo Mágico con su novela Las lanzas coloradas publicada en (1931), ya que este mismo hace mención en buscar un nombre que explicara, y reflejara las necesidades que se vivían en la época. Quien seguiría 36 años después con su novela Cien años de soledad sería el colombiano Gabriel García Márquez, galardonado con el Premio Nobel de Literatura.

También destacan autores como el mexicano Carlos Fuentes con su novela Aura, el brasileño Jorge Amado con su novela Doña Flor y sus dos maridos, Juan Rulfo con Pedro Páramo, el guatemalteco Miguel Ángel Asturias.

Otros representantes importantes del realismo mágico fueron José de la Cuadra con Los Sangurimas, y Elena Garro con Los recuerdos del porvenir. Algunos autores con obras emblemáticas del género son la cubano-estadounidensese Mireya Robles con Hagiografía de Narcisa la Bella, Laura Esquivel con Como agua para chocolate y la chilena Isabel Allende con La casa de los espíritus, el argentino Manuel Mujica Lainez, con Bomarzo, el ecuatoriano Demetrio Aguilera Malta, con Siete lunas y siete serpientes (1970)

Podrían incorporarse al grupo, en el siglo xxi, las obras de los mexicanos Rodolfo Naró y Felipe Montes.

Esta corriente no es exclusiva de Latinoamérica, aunque esta región está considerada como su punto de origen y posterior desarrollo. En la literatura japonesa contemporánea, por ejemplo, Haruki Murakami es su exponente más reconocido.12​13​ El alemán Gunther Grass, el indobritánico Salman Rushdie, el checo Milan Kundera y el portugués José Saramago han sido, en numerosas ocasiones, catalogados dentro de esta tendencia por la crítica especializada.

Características del realismo mágico
Los siguientes elementos están presentes en muchas obras del realismo mágico, pero no necesariamente todos se encuentran en ellas. Además, algunas obras pertenecientes a otros géneros también pueden presentar características muy similares:

Predominio de "narrador impasible". El narrador presenta los hechos generando una atmósfera de normalidad aunque se trate de sucesos extraordinarios.
Contenido de elementos mágicos/fantásticos percibidos por los personajes en general como parte de la "normalidad".
Elementos mágicos tal vez intuitivos, pero (por lo general) nunca explicados.
Presencia de lo sensorial como parte de la percepción de la realidad.
Presencia del paisaje y/o climas reforzando las emociones de los personajes.
Alusión a referencias socio-culturales de los ámbitos más populares y/o pobres de las comunidades.
Los hechos son reales pero tienen una connotación fantástica, ya que algunos no tienen explicación, o es muy improbable que ocurran.
Lo verídico: ciertos hechos precisos ocurridos en Latinoamérica participan de la irrealidad y constituyen la base de muchas narraciones.
Los personajes pueden sufrir ciertas metamorfosis como lo hacen en los cuentos maravillosos.

Tiempo
Encontramos cuatro posturas:

Tiempo cronológico: Las acciones siguen el curso lógico del tiempo.
Ruptura de planos temporales: mezcla de tiempo presente con tiempo pasado (regresiones) y tiempo futuro (adelantos). Además, se fragmenta el texto en secuencias que no concuerdan en tiempo ni espacio.
Tiempo estático: El tiempo cronológico se detiene, es como si no trascendiera. En cambio, fluyen los pensamientos de los personajes.
Tiempo invertido: Es el más contradictorio. Se trastoca el curso del tiempo y se cambia la secuencia natural del día hacia la noche o viceversa. Por ejemplo: "Era el amanecer. Se hizo la noche".

El realismo mágico y la literatura fantástica
Ambos son producto de la transgresión del límite entre lo real y lo irreal. El realismo mágico forma parte de la literatura fantástica y a la vez se diferencia. Forma parte porque muchos de los procedimientos que emplea son los mismos: la metamorfosis, tratar lo desconocido como real, la visión subjetiva de los hechos, la irrupción de lo inverosímil, etc. Es decir, lo fantástico es la irrupción de lo irreal en lo real y funciona como una advertencia; el realismo mágico es lo irreal en el mundo real como espectáculo.

Se diferencia de la literatura fantástica porque esta tiene su poderosa manifestación romántica en el siglo pasado en Europa; en Latinoamérica tiene caracteres propios. El realismo mágico no tiene sus mayores referentes en Europa, es casi exclusivo de Latinoamérica y especialmente del Caribe. También podríamos considerar que la literatura fantástica, con Rulfo, Borges y Cortázar, es urbana; el realismo mágico pertenece a los poblados, al campo, a la montaña.

Fuente:https://es.wikipedia.org/wiki/Realismo_mágico

Realismo mágico o una visión multidimensional de la realidad (Biblioteca Cubana) (Spanish Edition): 1 Pasta blanda – 27 abril 2022

Poesia precolombina

La poesia prehispánica


El término poesía precolombina hace relación a la tradición poética oral y escrita que existía en América antes de la llegada de los españoles. En cuanto a los textos precolombinos de los pueblos más desarrollados socialmente, no es mucho tampoco lo que ha quedado, aunque sí lo suficiente para hacerse una idea del concepto poético, literario y social de estos pueblos. Esta poesía posee, principalmente, un fuerte sentido religioso de comunicación colectiva entre los hombres y sus divinidades, también encontramos, además de los textos sagrados, una cantidad de poemas educativos, líricos, épicos y eróticos, muchos de los cuales fueron transmitidos en forma oral y luego llevados a la simbología escrita. Los habitantes precolombinos dieron una importancia superlativa al cosmos, a los dioses, a la vida y a la tierra sacralizándola incluso en sus manifestaciones orgiásticas y festivas, que no eran menores dentro de su cultura. La conservación de los textos se debe principalmente a los códices o libros en lengua autóctona escritos por los amanuenses más letrados. Muchas de las creaciones precolombinas, sobre todo las dramáticas, se cantaban y bailaban en las ceremonias rituales, eventos esenciales en el desarrollo cotidiano de estas sociedades.

Para este breve recorrido por la poesía precolombina nos basaremos fundamentalmente en las culturas azteca, maya, e inca, siendo la idea resaltar aspectos que, si bien pueden resultar generales, acerquen al lector, de algún modo, a la literatura practicada por estos pueblos, permitiéndonos, a la vez, una especie de reencuentro con su legado prehispánico.

Los aztecas por ejemplo tuvieron una escritura ideográfica o jeroglífica. Con la llegada de los españoles, estaban en la etapa fonética y se han encontrado textos y códices que hablan de una gran belleza en sus construcciones literarias.

Aunque muchos códices fueron destruidos por los conquistadores, de todas maneras, han llegado a la actualidad por medio de misioneros o de la tradición oral algunas obras indígenas.

Los tres lugares más importantes para el desarrollo cultural y literario lo constituyeron Tenochtitlán, Texcoco y Cualhtitlán.

Tenochtitlán era la capital del imperio azteca (México) y poseía museos que han desaparecido.

La poesía azteca era cantada y bailada, los temas eran los héroes, la historia, la vida y la muerte, cargados de significación religiosa. Componían también himnos a los dioses: los cantos divinos (teocuícatl) y los cantos guerreros (yaocuícatl).

Los mayas a pesar de la dificultad idiomática han llegado hasta nuestros días algunos textos a través de los cuales podemos conocer el concepto poético de esta cultura. Estos textos han sido conservados principalmente gracias a la tradición oral. Gracias a los modernos conocimientos de los jeroglíficos de esta cultura hemos podido conocer nuevas creaciones literarias y poéticas de esta civilización.

La obra de Nezahualcóyotl
Representa una de las más bellas muestras de poesía escrita azteca. Cerca de 30 poemas sobreviven y han llegado hasta nosotros dando una muestra de este gran autor. Nezahualcóyotl escribió entre otros poemas: Canto de la huida, Canto de primavera, Solamente él (canto a Dios como dador de la vida), Yo lo pregunto, etc.
Tradición oral
Los incas: bien en el proceso de unificación del Imperio Inca la lengua quechua fue un elemento importantísimo, éstos no conocieron la escritura, por lo que su poesía sólo nos ha llegado de manera oral.

En Colombia, Brasil y Paraguay puede encontrarse una gran cantidad de pueblos indígenas que usan su expresión oral poética como la forma de perpetuar sus conocimientos de generación en generación en sus centros ceremoniales o Malocas. Este tipo de expresiones ceremoniales que funden la poesía con la tradición es muy conocido en pueblos de la Amazonia.

Si bien estos pueblos no alcanzaron grados superiores de civilización (para la concepción europeizante) y tampoco dejaron textos escritos, se ha podido recoger algunos testimonios poéticos a través de la tradición oral, los que posteriormente fueron transcritos por estudiosos del tema como una manera de conservar parte de estas culturas sudamericanas.

Los guaraníes habitaron gran parte de la zona del Río de la Plata, Paraguay, Bolivia, y parte de Brasil, llegando incluso a penetrar, en ocasiones, hasta la cordillera de los Andes. Fueron monoteístas y llamaban al bien Tupá y al mal Añang


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Ruben Dario (English)

Biography Ruben Dario


In Spanish, there is poetry before and after Rubén Darío. The Nicaraguan (1867-1916) was the first major poet in the language since the seventeenth century, the end of the Golden Age whose masters included Garcilaso, Saint John of the Cross, Fray Luis, Góngora, Quevedo and Sor Juana. And despite an abundance of great poets in the twentieth century on both sides of the Atlantic--García Lorca, Alberti, Salinas, Cernuda, Neruda, Vallejo, Paz, Palés Matos, Lezama Lima, to name a few--his stature remains unequaled. The poetic revolution led by Darío spread across the Spanish-speaking world and extended to all of literature, not just poetry. He ushered Spanish-language poetry into the modern era by incorporating the aesthetic ideals and modern anxieties of Parnassianism and Symbolism, as Garcilaso had infused Castilian verse with Italianate forms and spirit in the sixteenth century, transforming it forever. Darío and Garcilaso led the two most profound poetic revolutions in Spanish, yet neither is known abroad, except by Hispanists. They have not traveled well, particularly in English-speaking countries, where they are all but unknown.
Darío's case is the most baffling because he is nearly our contemporary, whereas Garcilaso, who lived from 1501 to 1536, can today be safely left on library shelves along with Petrarch, Ronsard and Spenser. Besides, Garcilaso has by now been so thoroughly assimilated into Spanish poetic discourse that it is easy to overlook his presence in the poetry of Neruda and Paz. Darío's innovations, style and even manner are still contemporary, however, as are the polemics that his poetry provoked among other poets, professors and critics. What is more, his influence penetrated all levels of Latin American and Spanish society, where his voice is still audible in the lyrics of popular love songs; the artistic movement that he founded, Modernismo, had a tremendous impact on everything from ornaments to interior design, from furniture to fashion. Darío, more than a Nicaraguan poet or a Latin American poet, was a poet of the Spanish language--and its first literary celebrity, embraced throughout Latin America and Spain as the most original and modern of poetic voices.

Darío published his first major collection of poems, Azul..., in 1888. He was 21 and living in Valparaíso, Chile, where he had moved two years earlier in search of a broader horizon than that offered by Central America. Azul..., a slender book of 134 pages, was to become a turning point in Spanish-language literature, not only for poetry but for prose. Its success is proof of the serendipity at work in literary history. Here was a privately printed book of poetry, written by a virtual unknown, published in a port city that was vibrant and cultured but far from the centers of literary activity in Latin America and Spain: Mexico City, Buenos Aires, Madrid and... Paris. As Walter Benjamin famously said, Paris was the capital of the nineteenth century, and this was no less true for the poets, intellectuals, diplomats and exiles of Latin America's fragmented world, which had great cities but no natural center, as New York was for the United States or Paris itself for the French. True, the first anthology of Latin American poetry, América poética, was published in Valparaíso by the Argentine Juan María Gutiérrez in 1846, but the Chilean port was no Paris--it wasn't even Madrid.

The initial reactions to Darío were hostile. The great thinker and poet Miguel de Unamuno first said that a feather stuck out from under Darío's hat, a derogatory reference to his Indian background, while Marcelino Menéndez y Pelayo--the most influential critic and scholar ever in Spanish--stopped his history of Latin American poetry (the first written) in the 1880s, exactly at the point when Darío and Modernismo began to make their mark. A Francophobe, Menéndez y Pelayo frowned upon Darío's love of French poetry and culture. Fortunately, Darío had the audacity to send Azul... to the powerful Spanish critic Juan Valera. Valera wielded his considerable influence as an author, critic and member of the Royal Spanish Academy of the Language to launch the young poet's career with two "letters" about the book, which were printed as prologue in later editions of Azul.... Brilliant and probing, Valera's letters touch upon everything that is relevant about Azul..., and all subsequent commentary on Darío's work is, in some way, a gloss of them. Though also critical of Darío's adoption of French ways, Valera recognized his genius and predicted a bright future for the Nicaraguan--a priceless endorsement by an established personality in the world of Spanish letters.

Another factor that contributed to Darío's sudden celebrity and his itinerant career as ambassador of the new poetry all over the Spanish-speaking world was a new feature of modern life that his poetry reflected: communications. Steam navigation, the transatlantic cable and the proliferation of newspapers--some of them, like Chile's El Mercurio, of the highest quality and influence--disseminated literature with a speed never seen before. And it brought together writers from all corners of the Hispanic world with an ease that was also unprecedented. All of them could meet in Paris and become conscious of belonging to a continental literature that transcended individual countries because of the more capacious and swifter ships propelled by steam and by the increased commerce among Latin American nations and between those nations and the rest of the world. Darío's travels and the circulation of his books owed a great deal to these developments, as did his immersion in French literature, something he shared with Latin American artists and intellectuals then and now. Azul... was published in a small place, but it appeared at a moment when the world was becoming smaller.
Rubén Darío was born in the Nicaraguan town of Metapa, now Ciudad Darío. His parents named him Félix Rubén García Sarmiento, and, as he himself boldly admitted, Indian and African blood coursed through his veins. (He later changed his name to the briefer, euphonious Rubén Darío, incorporating a patronymic that his father's family had used; it also has, of course, classical connotations.) 

Raised in the politically and intellectually active city of León, he acquired there a vast and deep cultural education during childhood and adolescence. He also became thoroughly familiar with contemporary French poets both great and minor. In the process he learned enough French to write passably good poems in it. As for his knowledge of Spanish poetry, it was that of a prodigy, a Mozart of poetry. Tomás Navarro Tomás, the most accomplished expert on Spanish versification in modern times, offered the following statistic after having surveyed the corpus of Darío's poetry: He used thirty-seven different metrical lines and 136 different stanza forms! Some of the metrical and rhyme schemes were of his own invention.

The possibility of becoming so well read in the periphery of the Spanish-speaking world is due to the uniformity of language and culture imposed on their empire by the Catholic monarchs and their successors as well as by advances in commerce and communications. The Spanish empire, organized as a vast bureaucracy, favored writing and learning to promote and conserve cultural and religious orthodoxy. While the cost was high, the benefits were also considerable, one being that a subject could feel connected through writing to the centers of power and learning, both to the viceroyalties in Mexico and Peru, and to Spain itself. Communications and trade resulting from interest in the region by the modern European imperial powers brought to Latin American ports the latest goods, including books, without the restrictions imposed before independence. Darío began to write and publish verse by the age of 12, but his career took off when he moved down the Pacific coast to Chile, a thriving country with a lively artistic and intellectual elite that immediately recognized and rewarded his talents.

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